TÍTULO DESCATALOGADO
En cada uno de nosotros habitan distintas voces -conocidas o desconocidas- que determinan nuestro destino. Seguramente, en algún período de nuestra vida nos hemos sentido desamparados porque no hallábamos las voces que necesitábamos. Por otro lado, sé que en algún momento nos hemos sentido pletóricos al encontrar las luces para nuestras sombras. Tengo la esperanza de que en un verso o en un poema encontraréis algunas voces silenciadas, algunas “miradas” para vivir, pensar o sentir de otra manera. Para que viváis los instantes, sin dejar que el pasado testarudo os asedie o que el futuro incierto os inquiete. Para que penséis que no hay ausencia eterna, que mientras no os olvidéis de vuestros ancestros pervivirán en vosotros. Para que sintáis que el enamorado crea el amor, crea el día y su propia partida.
El tiempo y el espacio en que vivís os definen y solo comprendiendo que el pasado es memoria y el futuro esperanza, podréis vivir vuestros instantes, únicos e irrepetibles, como si fueran revelaciones de la mismísima eternidad. Vivir es cambiar, saber que no podéis bañaros dos veces en el mismo río, que para perseverar en vuestro ser tendréis que buscar una voz amiga. Una voz amiga para comprender que podéis gozar con las corrientes impetuosas, descansar en los meandros y sosteneros en las piedras resbaladizas. Sí, sabed que no hay un guion que nos pueda servir para todos, que cada uno de nosotros tendrá que escribir su propio relato. Estoy convencido de que las palabras nos construyen; nos constituyen y nos definen. Así, sé que cuando descubráis un verso que os conmueva, podréis reconocer vuestras voces silenciadas. Percibiréis miradas extrañadas por vuestro cambio, por vuestro esfuerzo por llegar a ser quienes sois. Seguid vuestro camino, no os dejéis atrapar por el miedo o la desidia. Estoy seguro de que en vuestro peregrinar encontraréis hermanos, seres humanos que os entenderán y os acogerán cuando os sintáis cansados. Un poema es una mirada, una red para atrapar nuestras incertidumbres. Me haría feliz si pudieseis remediar alguna de vuestras congojas o encontrar vuestra alegría en algún verso.
Santiago Villar Pallás es profesor de instituto público. Licenciado en Filosofía, en Psicología por la Universitat de Barcelona y en Psicopedagogía por la UNED. Ha realizado un máster de Psicoterapia Humanista en el Instituto Erich Fromm. Los cursos de doctorado de Filosofía en la UB y de Política en la Universitat Pompeu Fabra. Ha nacido en Barcelona. Ha publicado artículos de filosofía y psicología en páginas web.
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