«SOY GULNARA LUCCHESI, AHORA MARQUESA DI MONTALCINO Y ESTA ES MI HISTORIA.
Nunca olvidaré mis humildes orígenes, sería como negarme a mí misma, a las personas que quise y a las que me quisieron. Somos lo que somos y nuestro pasado siempre nos acompaña».
En un mundo de hombres, donde la mujer permanece relegada a las órdenes, primero, del padre y, después, del esposo, Gulnara di Montalcino deberá enfrentarse no solo a esas normas sociales arcaicas donde la mujer no es un ser libre, sino que también se verá obligada por las circunstancias a sobrevivir en una sociedad marcada por las guerras, las traiciones más viles, la muerte, las injusticias sociales, la ambición de poder y la hipocresía, guiada por su deseo ferviente de romper la estructura social existente para establecer un orden más equitativo donde el más débil y desfavorecido no valga menos que un animal y se sienta en «tierras ajenas».
Elia Estefanía Beverini Versari nació un 17 de julio en Florencia, la bella capital de la Toscana italiana. En esa ciudad, cuna del arte y del Renacimiento, comenzó sus inconclusos estudios de Arquitectura, pues los jóvenes florentinos, irremediablemente influidos por tan monumental ciudad, suelen apegarse a profesiones y oficios vinculados a las Bellas Artes y el diseño de edificios.
Unos años después, viajó de vacaciones a Valencia (España), donde se quedó a vivir. Actualmente reside en esa ciudad, a la que considera su segunda patria. Como mujer emprendedora e independiente, empezó a montar locales nocturnos —pubs— cuyos éxitos le reportaron el reconocimiento de la sociedad y de la prensa valenciana, hasta que un día sintió que deseaba cambiar de vida, que «la noche» ya era una meta cumplida y merecía vivir un estilo más sosegado.
Desde niña ha sido una lectora empedernida y la literatura la ha acompañado toda la vida, aunque nunca, hasta hace aproximadamente unos 15 años, se le pasó por la cabeza escribir.
Todo surgió por casualidad, una tarde en la que se le ocurrió plasmar los hechos relevantes que marcaron el destino de su familia para evitar que el paso del tiempo los condenara al olvido, dejando así un legado para su hija y las futuras generaciones. Fue de esa manera como nació la idea de su primer libro, que a día de hoy sigue guardado en un cajón y que, probablemente, nunca verá la luz, excepto para unos pocos elegidos.
A partir de esa experiencia, el placer de la escritura se arraigó en ella, siendo hasta la fecha autora de cinco novelas ya publicadas, tanto en formato digital como en papel: Te regalaré la luna, La decisión de Laura, El señor de las dunas, Equinoccio de otoño y Crónica de un adiós, una sexta que nos presenta ahora, Tierras ajenas, y una séptima en proceso de «maduración».
En las tramas de sus historias, siempre procura que el lector se sienta identificado con sus personajes, al tiempo que busca «llevarlo de viaje» a lugares que le permitan una vivencia que lo aparte de la rutina, al menos mientras se mantiene en la lectura. Normalmente, narra hechos realistas y situaciones que cualquiera podría llegar a vivir. La mayoría de sus argumentos están inspirados en sus viajes e impregnados en las convicciones de una mujer libre y empoderada que siempre ha mirado cara a cara a la sociedad, incluso en las épocas en las que los derechos de la mujer parecían tan solo sueños utópicos.
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